Con aparente simpleza el cine logra conmover y hacer reír, mientras conserva una sana distancia con el espectador.
El teatro en cambio tiene todas sus dificultades a la vista: los decoraros son baratos, los actores sudan y también ven al espectador cuando se va del teatro una vez finaliza la función.
Sin duda es mucha la competitividad que hay entre uno y otro.
El objetivo no es desacreditar o calificar a una u otra disciplina, sino mas bien “robarle” a una para complementar la otra. Mirar el cine desde el escenario del teatro y tratar de reproducir el efecto del cine.
El objetivo es generar una obra en donde el espectador acepte lo que ve, sin pensar a que disciplina pertenece, un espectáculo performático que convine las dos artes aprovechando la potencia de la mezcla y el cruce.
El teatro en cambio tiene todas sus dificultades a la vista: los decoraros son baratos, los actores sudan y también ven al espectador cuando se va del teatro una vez finaliza la función.
Sin duda es mucha la competitividad que hay entre uno y otro.
El objetivo no es desacreditar o calificar a una u otra disciplina, sino mas bien “robarle” a una para complementar la otra. Mirar el cine desde el escenario del teatro y tratar de reproducir el efecto del cine.
El objetivo es generar una obra en donde el espectador acepte lo que ve, sin pensar a que disciplina pertenece, un espectáculo performático que convine las dos artes aprovechando la potencia de la mezcla y el cruce.